Gauguin, el pintor de los mares del Sur

«Estoy convencido de que en el arte he tenido razón […] y, aunque mis obras no sobrevivan, sí sobrevivirá la memoria de un artista que ha liberado a la pintura.»

Antes de embarcar hacia su primer viaje a Tahití, en 1891, Paul Gauguin reconoció en una entrevista que concedió a un periódico francés que estaba huyendo de Francia. “Quiero vivir en paz y escapar a la influencia de nuestra civilización. Sólo deseo crear un arte sencillo […], impregnarme de naturaleza virgen, no ver a nadie más que a salvajes, compartir su vida y tener como única ocupación la plasmación, tal y como la llevaría a cabo un niño, de las imágenes de mi propio cerebro […]. Para ello, quiero utilizar tan solo los significados primitivos del arte, que son los únicos buenos y verdaderos.”


Este deseo que sentía Gauguin de fundirse con una sociedad ingenua por el bien de la inspiración estética y espiritual, rechazando la cultura occidental, refleja la naturaleza compleja y problemática del primitivismo europeo. Este concepto surgió a finales del siglo XIX espoleado por el deseo romántico de descubrir un paraíso inmaculado y desconocido en medio de este mundo “incivilizado”, así como por una cierta fascinación por todo lo “puro”, por el arte en bruto despojado de la sensual mediación de los artefactos culturales. Este tipo de vínculos voyeurs que quisieron establecer con estas sociedades primitivas tanto artistas como escritores o filósofos fue, en cierto sentido, una respuesta a las prácticas imperialistas francesas en Haití y otros países y lugares alejados de la vieja Europa.
Una de las características del primitivismo son esas contradicciones que se establecen entre mito y realidad, y que se ven muy bien reflejadas en los idílicos paisajes tahitianos que Gauguin construyó en lienzos como In the Vanilla Grove, Man and Horse (o The Rendezvous) y Haere Mai. En el segundo de ellos, por ejemplo, el hombre nativo que aparece al lado del caballo parece más bien sacado de una escena de la mitología propia de la cultura occidental.

Paul Gauguin

Paul Gauguin nace en París, en la calle Notre-Dame-de-Lorette, el 7 de junio de 1848, bajo el signo astrológico de Géminis. Un año antes, Aline Marie Chazal, la madre del pintor, ya había tenido una niña, Marie. Gauguin oculta misteriosamente a esta hermana en todos sus textos recordatorios y en su obra plástica.

El 8 de agosto de 1849, cuando Gauguin acaba de cumplir los catorce meses, su familia se embarca rumbo al Perú porque Clovis Gauguin, el padre del pintor, que era periodista, hizo una reflexión sobre el Evangelio y un ataque a la Iglesia contemporánea. Su comprometida postura ideológica hacia la Iglesia, el gobernador y la policía local, le acarrearán problemas con la justicia hasta el punto de que, en abril de 1903, es condenado a un mes de prisión… >> Seguir leyendo sobre el pintor Paul Gauguin en Gran Enciclopedia Iberoamericana

Así mismo, puedes consultar la relación de las obras de Paul Gauguin y las de otros grandes autores en ebookenciclo

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