Este 16 de setiembre de 2017 se cumple el 40 aniversario del fallecimiento de la gran diva griega Maria Callas.
La soprano griega murió sola en su apartamento de la avenida Georges Mandel a los 53 años, no está claro si de una crisis cardíaca, una embolia pulmonar o como consecuencia de una dosis masiva de barbitúricos. No hizo falta autopsia para constatar lo que todo el mundo sabía: que a la prima donna assoluta la había consumido la pena de su fracaso sentimental con el magnate naviero Aristóteles Onassis.
La gran soprano supo trasladar a cada uno de sus personajes sus experiencias personales. Sus obras sobreviven a los genios, y el sustantivo cuadra a la perfección con Maria Callas, una cantante de vida breve y logros largos que, en muchos sentidos, revolucionó el mundo de la ópera en unos años dorados para el género. «Fiera inmortal«, criatura capaz de desafiar una vida de humillaciones para convertir su constante drama personal en arte, icono del divismo a caballo entre los pedestales del Olimpo y la fragilidad de los juguetes rotos en la era de los fenómenos globales, revitalizadora de un modo de expresión caduco como la ópera a base de trasladar al mismo la modernidad de propuestas como el método interpretativo propio del Actor’s Studio. Fascinante personalidad para ser hurgada hasta el fondo en biografías, crónicas, testimonios que si bien indagan al detalle en su día a día, no consiguen desentrañar el misterio de su talento.
Durante su breve e intensa carrera, Callas colaboró con los mejores directores del momento y por la nueva edición de Warner desfila la previsible pléyade italiana (Vittorio Gui, Antonino Votto, Carlo Maria Giulini, además de los citados Serafin, Gavazzeni y Sabata), pero también otros grandes nombres, como Erich Kleiber (I vespri siciliani), Leonard Bernstein (la Medea de 1953 y La sonnambula de 1955, ambas en el Teatro alla Scala) o Herbert von Karajan (Lucia di Lammermoor, también de 1955, en Berlín). Y entre sus compañeros destacan todos los grandes de la época, como Giuseppe di Stefano (en los últimos recitales que ofreció, con la voz ya hecha jirones, en los setenta), Giulietta Simionato, Boris Christoff, Fiorenza Cossotto o Alfredo Kraus, su joven y gallardo compañero en la histórica Traviata del Teatro San Carlos de Lisboa de 1958, pocos meses antes de que Callas dejara de cantar el papel de Violetta. Todas las grabaciones fueron realizadas en vivo, sin trampa ni cartón, y una cuidadosa remasterización ha logrado mejorar su sonido de manera muy sustancial.
Maria Callas | |
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La soprano Maria Callas.
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Nacimiento | 2 de diciembre de 1923 Nueva York Estado de Nueva York Estados Unidos |
Fallecimiento | 16 de septiembre de 1977 París Francia |
Nacionalidad | griega |
Ocupación | Soprano lírica |
Cónyuge | Giovanni Meneghini (-1959) |
Padres | Evangelia Dimitriadis y George Kalogeropoulos |
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