El X Congreso Internacional de la Lengua Española, celebrado en Arequipa, rinde homenaje al escritor Mario Vargas Llosa.

En Arequipa, su ciudad natal, el rey Felipe VI encabezó un homenaje en el que escritores, amigos y autoridades recordaron al Nobel peruano: su inagotable ambición intelectual y política, su vida errante y aventurera, su vocación por el debate y su permanente presencia en la vida pública.

¿Es demasiado pronto para medir la dimensión de Mario Vargas Llosa?
La pregunta, lanzada casi al final del homenaje al Nobel peruano, sobrevoló el auditorio del Teatro Municipal de Arequipa este miércoles, durante el Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) celebrado en su ciudad natal. En primera fila, el rey Felipe VI escuchaba junto a escritores, amigos y autoridades las evocaciones de una vida marcada por la precocidad, la ambición intelectual y política, el espíritu aventurero y la constante disposición al debate.

Don Felipe durante el recorrido por la Casa Museo frente a unas fotografías del escritor, Mario Vargas Llosa
Casa Museo Vargas Llosa. Arequipa (Perú), 14.10.2025 Fuente:Casa de S.M. el Rey

La interrogante la formuló el escritor español Javier Cercas, quien pidió tiempo para valorar la magnitud de una trayectoria tan vasta. Confesó, incluso, que todavía no se atreve a llamarse “amigo” de Vargas Llosa, pese a que el Nobel lo consideraba así. Recordó una columna generosa que el autor de Conversación en La Catedral escribió sobre uno de sus primeros libros en los años noventa: “Esa reseña cambió mi destino: yo tenía poco más de treinta años y me leían mi familia y mis amigos. A esa edad, él ya había publicado al menos tres obras maestras. Su generosidad fue algo que nunca pude corresponder. ¿Amigo? Era más bien como las pirámides, siempre estaba ahí”.

La celebración del CILE en Arequipa cumplió uno de los deseos del propio Vargas Llosa, quien impulsó que la llamada ciudad blanca, donde apenas vivió un año, fuese sede del congreso. El ministro español de Cultura, Ernest Urtasun, destacó que España “le debía un homenaje”, y que hacerlo “en su Arequipa natal es inmejorable”. Recordó además que el escritor vivió en Madrid y Barcelona, donde escribió parte de su obra esencial, y que llegó a obtener la nacionalidad española y a ser miembro de la Real Academia Española.

Su Majestad el Rey Felipe VI, junto al gobernador de Arequipa, Rohel Sánchez Sánchez, y al director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, asiste a la sesión plenaria de homenaje al escritor Mario Vargas Llosa.

“Pocos escritores alcanzan semejante reconocimiento en vida”, dijo Ernest Urtasun, Ministro de Cultura de España, quien confesó haber leído sus libros “con pasión, sorpresa y no siempre afinidad, pero nunca con indiferencia”.

La faceta de Vargas Llosa como intelectual público —“quizá el último de su especie”— fue también objeto de reflexión. Se repasó su paso por la política, que lo llevó a postular a la presidencia de Perú, derrotado por Alberto Fujimori, quien acabaría derivando en dictador. Antes había transitado del marxismo juvenil a la socialdemocracia, y de allí hacia un liberalismo cada vez más radical. De admirar a Fidel Castro pasó a simpatizar con Margaret Thatcher.

Su apoyo a figuras controvertidas, como Jair Bolsonaro en Brasil, Javier Milei en Argentina o Keiko Fujimori en Perú, lo mantuvo siempre en el centro del debate público. “Pudo equivocarse, como todos, pero nunca se equivocó a su favor, sino en su contra”, sostuvo Cercas, quien añadió que “si no se hubiera metido en tantos berenjenales, en lugar de ganar el Nobel a los 70 años, lo habría ganado a los 50”.

Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, discrepó con la idea de que la militancia política haya ensombrecido su obra. “Nunca convirtió sus novelas en instrumentos ideológicos”, afirmó. Recordó una conversación sobre La llamada de la tribu (2018), ensayo en el que Vargas Llosa reflexiona sobre el pensamiento liberal que lo marcó: “Le dije que parecía más cerca de mis ideas que de las suyas, y me respondió que cuando escribía de literatura, mandaba la literatura”.

Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, centró su intervención en el cruce entre política y literatura. Recordó el discurso que el autor pronunció en 1972 al ingresar en la Academia Peruana de la Lengua, dedicado a José María Arguedas, donde ya se intuía su preocupación por los límites entre la realidad y la ficción. Citó también La verdad de las mentiras (1990), donde Vargas Llosa sostiene que solo mintiendo la literatura puede alcanzar la verdad. Y cerró aplicando al propio homenajeado una frase suya sobre García Márquez: “El escritor es un disidente. Escribir novelas es un acto de rebeldía contra la realidad”.

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