Hernán Cortés: Arquitecto de la conquista, forjador de un Nuevo Mundo
El 2 de diciembre de 1547, falleció en Castilleja de la Cuesta, en la provincia de Sevilla, a la edad de 62 años. Hernán Cortés, una figura clave en la historia de la conquista de México y del Imperio azteca, dejó un legado significativo. Su vida posterior a la conquista revela una serie de eventos y logros notables.
Cortés, al igual que Cristóbal Colón, encontró su final después de contribuir considerablemente al enriquecimiento del tesoro real y de ampliar el dominio de Carlos I de España, a quien le entregó, según sus propias palabras, «más provincias que villas había heredado de sus padres y abuelos». Este reconocimiento destaca la magnitud de sus hazañas y la expansión del imperio español en el Nuevo Mundo bajo el reinado de Carlos I.
Después de la conquista de México, Cortés se dedicó a diversas actividades, incluyendo la administración de sus vastas posesiones y la resolución de conflictos entre los colonos. Su participación en la política y los asuntos administrativos le otorgó un papel importante en la nueva realidad colonial.
En cuanto a sus restos, actualmente descansan en la iglesia de Jesús en la Ciudad de México. Este lugar de reposo simboliza la conexión perdurable entre Hernán Cortés y la historia de México.
En 1521, Hernán Cortés, al mando de un reducido grupo de españoles y de una coalición de pueblos indígenas, conquistó la ciudad de Tenochtitlán, poniendo fin al poderoso Imperio azteca. Como todos los grandes conquistadores del siglo XVI, Hernán Cortés no era un recién llegado a las Indias cuando emprendió la conquista del Imperio azteca.