Friedrich Nietzsche nació un 15 de octubre de 1844 en Röcken, un pequeño pueblo en la provincia prusiana de Sajonia, en el Reino de Prusia, que actualmente se encuentra en Alemania.

Friedrich Nietzsche destaca como uno de los filósofos más influyentes en la historia. Su legado incluye obras revolucionarias como «Más allá del bien y del mal» o «Así habló Zaratustra«. Nietzsche desmanteló antiguas ilusiones, como la dicotomía platónica de dos mundos, el verdadero e ideal frente a su copia, el nuestro. Proclamó la «muerte de Dios» y la vulnerabilidad del ser humano ante el abismo de la existencia. A su vez, generó nuevas ilusiones, anticipando el advenimiento del superhombre, libre de prejuicios y capaz de forjar valores distintos a los de la «moral del rebaño».

Tras Nietzsche, la filosofía y las artes experimentaron una transformación significativa, inyectando vitalidad en estas disciplinas.

A lo largo de su trayectoria, Nietzsche desarrolló gran parte de sus reflexiones en jardines, parques y bosques. Le confesó a su amigo Paul Deussen: «Necesito un cielo azul sobre la cabeza para ver si soy capaz de ordenar mis pensamientos». Esta peculiaridad se reflejaba también en sus elecciones de hogar, buscando la combinación perfecta de clima y paisaje. En Niza, a principios de 1887, examinó cuarenta casas antes de tomar una decisión, pero una vez instalado, rara vez permanecía mucho tiempo. Su itinerario anual se convertía en una búsqueda constante e infructuosa de la climatología ideal.

La meticulosidad de Nietzsche respecto a su lugar de residencia se relacionaba en parte con su enfermedad. Diagnosticado con ceguera en 1876, antes de su viaje a Italia, Nietzsche recibió una receta de gotas de belladona para los ojos. Afligido, limitó sus lecturas a aproximadamente una hora diaria, una miseria para un académico como él. Esta fue una de las razones por las cuales buscaba la sombra del limonero en Sorrento, evitando el cansancio visual y los dolores de cabeza provocados por el sol italiano.

Otro factor era la naturaleza solitaria de Nietzsche, quien se veía afectado fácilmente por los elogios y las críticas. Después de la publicación de «Humano, demasiado humano» en 1879, experimentó náuseas y vómitos, manifestaciones psicosomáticas ante la idea de que la gente estaba leyendo su libro. Sus relaciones con las mujeres, marcadas por desastrosos ménages con Paul Rée y Lou Salomé, contribuyeron a su enfermedad, llegando al punto de considerar el suicidio. Nietzsche, a pesar de su ingenio y carisma, no estaba hecho para relaciones duraderas, y por ello anhelaba la soledad.

En los paisajes, Nietzsche buscaba encontrarse a sí mismo, un «Nietzsche elevado» que se revelaba mejor en bosques y montañas que en iglesias o salones de seminarios. Su crítica a la arquitectura religiosa se mezclaba con su filosofía radical de la naturaleza y sus críticas al pensamiento decimonónico. Mientras la ciencia y la filosofía de la época idealizaban la naturaleza, Nietzsche veía su tiempo como una era de autoengaño, atribuyendo características humanas a la naturaleza y preferencia por la sentimentalidad en lugar de una honestidad brutal, hablar abiertamente, independientemente de lo que otra persona pueda sentir.

Friedrich Nietzsche

Friedrich Nietzsche
Friedrich Nietzsche en 1869.
Nombre completo	Friedrich Wilhelm Nietzsche
Nacimiento	15 de octubre de 1844 Röcken Reino de Prusia (actual land de Sajonia-Anhalt )
Defunción	25 de agosto de 1900 Weimar Imperio alemán (actual land de Turingia )
Ocupación	Filósofo poeta músico filólogo
Lengua de producción literaria	Alemán
Obras notables	Así hablaba Zarathustra, La genealogía de la moral, La Gaya ciencia, El origen de la tragedia, Más allá del bien y del mal, El crepúsculo de los ídolos, El Anticristo

(Röcken, Sajonia-Anhalt, Alemania [entonces, reino de Prusia], 15-X-1844 — Weimar, Turingia, Alemania, 25-VIII-1900). Friedrich Wilhelm Nietzsche. Filósofo, filólogo, músico y poeta alemán.

Introducción

Su obra supuso un ataque frontal contra el edificio filosófico de la razón y contra el sistema de valores encarnado por el cristianismo; propugnó una «vuelta atrás» que rechazara toda la tradición cultural de Occidente.

Su pensamiento, a menudo malinterpretado debido a que el nazismo lo deformó en provecho propio —Nietzsche había atacado tanto el nacionalismo como el concepto mismo de estado—, ejerció una singular influencia sobre el existencialismo alemán y sobre todos los movimientos irracionalistas del siglo XX, y supuso uno de los puntos de partida para el replanteamiento de los valores sobre los que descansa la sociedad contemporánea.

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