El despegue del cohete Saturno V, el 16 de julio de 1969, fue la culminación de siete años de pruebas con el proyecto Apolo, un plan en el que habían participado 300.000 hombres y en el que se habían invertido 25.000 millones de dólares. Con este viaje, se cerraba un largo capítulo de fantasías, de especulaciones y de sueños y se abría una nueva era de exploraciones espaciales y avances tecnológicos sin precedentes.
Esta nueva era para la humanidad comenzaba con el ensordecedor estruendo de los motores del cohete a propulsión Saturno V, que a las nueve y treinta y dos minutos de la mañana colocaban en órbita a la nave a una velocidad de 27.300 kilómetros por hora. El vuelo transcurrió con total precisión y el quinto día la nave entró en órbita lunar. Llegados a este punto, el módulo lunar -bautizado Águila- se separó del módulo de mando -llamado Columbia- y empezó el descenso hacia la superficie lunar. Finalmente, a las 4:18 de la tarde, Luis Amstrong comunicó a la Tierra su llegada: “Houston, aquí Mar de la Tranquilidad. El Aguila ha alunizado”.
Seis horas después, Amstrong aparecía por la puerta del Aguila, descendía a la superficie lunar y pronunciaba las célebres palabras: «Este es un pequeño paso para el hombre, pero es un gran salto para la humanidad.» Eran cientos de millones de seres humanos en todo el mundo los que tenían sus ojos puestos en aquel momento único, el momento en el que un hombre de treinta y ocho años, nacido en un pueblo de Ohio, dio el primer paso en una superficie estable fuera del planeta Tierra. Quince minutos después le siguió Edwin Aldrin y, mientras las cámaras de televisión se dedicaban a capturar todos los detalles de ese momento histórico, los astronautas izaron la bandera norteamericana, tomaron fotos, realizaron experimentos y recogieron muestras.
Una vez completados los experimentos, Amstrong y Aldrin subieron de nuevo a bordo del Aguila y al día siguiente se puso en marcha el motor para el regreso, el momento más temido de toda la misión. El módulo lunar empezó a elevarse lentamente siendo seguido con enorme tensión en los paneles de control del Centro de Vuelo, aun así, el despegue fue muy tranquilo y después de siete minutos de ascenso se realizó la maniobra de entrada en órbita. Después de pasar por la cara oculta de la Luna, el módulo lunar alcanzó el módulo de mando, en el que les estaba esperando Mike Collins, quien se había encargado de mantener en órbita a la nave nodriza. El enganche entre el Columbia y el Aguila se realizó con éxito después de veintisiete horas y cuarenta y ocho minutos de separación. Poco después, el módulo lunar «Aguila» fue abandonado, yendo a estrellarse contra la superficie de la luna. El regreso a la Tierra no presentó ningún inconveniente y en la madrugada del día 24 de julio el portaviones Hornet los recogió del mar a 2.200 kilómetros al sudoeste de Hawai, en el océano Pacífico.
Puedes encontrar más información sobre los primeros pasos del hombre en la luna, así como información completa sobre el proyecto Apolo, en el artículo «El hombre llega a la luna» del ebook «Historia del Siglo XX», o en el artículo «XIV. La luna» del ebook «Wernher von Braun», ambos en la plataforma de ebookenciclo.
El hombre llega a la Luna
Una superficie de rocas y cráteres totalmente embargada por el silencio cósmico, a 386.000 kilómetros de la tierra, existe un modesto recuerdo de uno de los mejores logros de la historia. Es una pequeña placa metálica sujeta a una de las extremidades del vehículo lunar que alcanzó por vez primera el único satélite terrestre con dos hombres a bordo. Sobre el dibujo de un mapa del mundo está grabada esta inscripción en el idioma inglés: «Aquí pusieron el pie por vez primera los hombres del planeta tierra, Julio de 1969, D.C. Llegamos en paz en nombre de toda la humanidad.»
Dos visitantes de aquella histórica gesta, que llevó el nombre de Apolo 11 acababan de poner punto final a ocho años de esfuerzos desde que el presidente Kennedy, acuciado por el triunfo soviético del lanzamiento del primer satélite artificial al espacio, el Sputnik, 4 de octubre de 1957, prometió a la nación americana, en mayo de 1961, que Estados Unidos enviaría un vuelo tripulado a la Luna «antes de que finalice la década actual»… >> Si quires seguir leyendo el artículo puedes encontrarlo en la plataforma ebook enciclo.