«Me retiraré cuando muera», prometió en una ocasión y, tras 53 películas, cumplió su palabra. Así, detrás de un cámara, falleció el 29 de abril de 1980 Alfred Hitchcock, uno de los cineastas más reconocidos de la historia del cine, capaz de crear un “arte dentro del séptimo arte”. Fue él quien reinventó un género que, en su época, adolecía de inmadurez e indefinición. Como el propio Hitchcock decía, “por cultura y tradición no podría hacer películas diferentes de las que hago. Me gusta burlarme de la muerte, me encanta concentrar a gente normal y meterlos en situaciones grotescas.”
De su peculiar estilo de hacer cine, destaca su insuperable maestría a la hora de utilizar el suspense. Conseguía tanto angustiar al espectador como poner a prueba su inteligencia, por ejemplo con la trama argumental sobre un falso culpable —que utilizó en diversas ocasiones—, perseguido y acusado injustamente, lo que creaba un vínculo de identificación del público con el personaje. La seducción de sus villanos, la intriga y el misterio, su utilización de la música y los silencios, el planteamiento de cámara en antológicas escenas, o el cabello rubio de sus protagonistas femeninas, son algunos de los leitmotivs que recorren sus películas y su particular manera de reflejar en ellas su mundo interior, repleto de obsesiones.
Trabajó con actores de la talla de Cary Grant, James Stewart, Paul Newman y Henry Fonda, y con atrices —ya hemos dicho que, especialmente, de pelo rubio— como Marlene Dietrich, Ingrid Bergman, Grace Kelly o Tippi Hedren. Algunas de sus obras más emblemáticas son Rebeca (1940), Sospecha (1941), La sombra de una duda (1943), Encadenados (1946), La soga (1948), La ventana indiscreta (1954), Vértigo (1958), Con la muerte en los talones (1959), Psicosis (1960), Los pájaros (1963) y Marnie, la ladrona (1954).
Alfred Hitchcock
(Leytonstone, Londres, Reino Unido, 13-VIII-1899 – Bel-Air, Los Ángeles, Estados Unidos, 29-IV-1980). Director de cine, guionista y productor británico. El menor de los tres hijos de un comerciante católico de Essex, se educó bajo una férrea disciplina en el colegio jesuita San Ignacio de Londres, y posteriormente estudió en la Escuela de Ingeniería y Navegación. Después de morir su padre en 1914 y abandonar los estudios, empezó a trabajar en la compañía telegráfica Henley mientras asistía a cursos de Bellas Artes en la universidad de Londres, donde desarrolló sus habilidades como dibujante. Esta destreza le permitió entrar en la sección de publicidad de Henley. Su interés por el cine comenzó en la adolescencia, época en la que solía leer revistas del género y acudir asiduamente a las salas de exhibición londinenses. En 1920 dejó la compañía telegráfica para comenzar a trabajar como ilustrador de intertítulos para las películas mudas creadas por la productora Famous Players-Lasky de la Paramount en Londres. Pronto ascendió a jefe de la sección de titulaje y se inició en otras áreas dentro de la productora… >>Seguir leyendo la biografía de Alfred Hitchcock en Gran Enciclopedia Iberoamericana
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