A finales del mes de julio de 1871, ven la luz los dos tomos de las Obras de Gustavo Adolfo Bécquer, precedidas por un prólogo de su gran valedor y amigo, Ramón Rodríguez Correa. Este será el comienzo de la leyenda del poeta romántico que ha llegado hasta nuestros días, pero también de su realidad como iniciador de nuestra mejor poesía contemporánea.
Bécquer ha sido y es presentado todavía como un hombre de vida desdichada y como la encarnación del poeta romántico español muerto joven y desconocido. Todos sus escritos dan muestra de un universo personal dividido entre el sueño y la razón, la mujer ideal y la mujer carnal, la idea y la palabra, la aristocracia y el pueblo, el sentimiento y la inteligencia…
Bécquer supuso, en definitiva, para la prosa y la poesía españolas un giro similar al de Garcilaso de la Vega en su tiempo. Ninguna generación posterior de escritores ha ignorado su fascinación y sus sugerencias.
Gustavo Adolfo Bécquer | |
---|---|
Gustavo Adolfo Bécquer. Retrato obra de su hermano, Valeriano Bécquer (1862). |
|
Nacimiento | 17 de febrero de 1836 Sevilla España |
Defunción | 22 de diciembre de 1870 Madrid España |
Ocupación | Escritor y periodista |
Período | Siglo XIX |
Género | Poesía y narrativa. |
Movimientos | Romanticismo |
Con premonitorias palabras sobre la fugacidad y fragilidad de la vida, Bécquer parece anunciar cuál será su final:
«Lloro por mí. Lloro la vida que me huye (…) ¿Y por qué no has de vivir? (…) Porque es imposible. Cuando caigan secas esas hojas que murmuran armoniosas sobre nuestras cabezas, yo moriré también y el viento llevará algún día su polvo y el mío, ¿quién sabe adónde? (…) ¡Debíamos secarnos! ¡Debíamos morir y girar arrastradas por los remolinos del viento!»
(«Las hojas secas», Almanaque Literario de la Biblioteca de Gaspar Roig, 1871)
Leer más:
RIMA XXXVIIILos suspiros son aire y van al aire.
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, mujer, cuando el amor se olvida,
¿sabes tú adónde va?
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, mujer, cuando el amor se olvida,
¿sabes tú adónde va?