El Conjunto Monumental de la Alhambra y Generalife volvió en 2011 a ser el más visitado de España. En total, 2.310.764 personas lo visitaron el año pasado 2011.
El símbolo de la Alhambra
El legendario patio del palacio de los Leones, donde en consonancia con el Corán fluía agua desde los cuatro puntos cardinales, estaba reservado al monarca. En el centro de este recinto se levanta una fuente de alabastro sostenida por doce leones que representan los doce astros del zodíaco, entendidos como emanaciones de vida. Mientras el patio está rodeado por arcadas, en el centro de los dos lados más cortos se levantan sendos pabellones rectangulares, semejantes a las tiendas de campaña usadas antaño como vivienda por los musulmanes y que, según el profeta, también se encontrarían en el paraíso. La fuente de los Leones es un obsequio del emperador de Bizancio y representa el símbolo de la Alhambra.
La sala de los Reyes se caracteriza por una sucesión de artísticos arcos y por los restos de una obra pictórica en arabescos y capiteles dedicada a los diez primeros monarcas de Granada, y que permiten intuir la belleza cromática que debió tener en su día.
La sala de los Embajadores (salón del Trono) destaca también por su belleza. Su cúpula de madera de cedro con incrustaciones de nácar descansa sobre un friso de estalactitas, y se asemeja a la bóveda celeste cubierta de estrellas en una noche clara. Esta estancia, en la que los invitados de los monarcas nazaríes esperaban audiencia, es la que muestra mayor riqueza de ornamentaciones vegetales y geométricas de toda la Alhambra, y ha inspirado más de una leyenda. Realmente este fabuloso recinto, con sus patios, salas, torres y puertas es idóneo para situar los romances y los relatos de los Cuentos de la Alhambra que Washington Irving (1783-1859) escribió durante una larga estancia en Granada en el año 1829. Los protagonistas son Boabdil y su padre Abdul Hassan. Boabdil, llamado el Pequeño por su pueblo y Rey Chico por los cristianos, fue el último sultán de Granada y reinó a partir de 1482.
En el siglo XV la ciudad era el centro del sultanato musulmán en España y contaba con unos 400.000 habitantes. No obstante, las interminables luchas y rivalidades por el trono debilitaron sucesivamente la hegemonía de los monarcas nazaríes.
Asimismo, las constantes amenazas de los cristianos, quienes ya habían conquistado los territorios vecinos, y boicoteado desde 1489 los suministros a la superpoblada villa, provocaron inexorablemente el ocaso de la dinastía nazarí. Mohamed XII firmó en noviembre de 1491 la capitulación de Granada, poniendo fin en la sala de los Embajadores de la Alhambra al largo período de dominación musulmana en España.
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