Su presidencia es recordada primordialmente por la firme postura abolicionista que mantuvo con respecto a la esclavitud en los Estados Unidos, y por las consecuencias que ésta y otras políticas acarrearon: el estallido de la Guerra de Secesión.
Lincoln comenzó su carrera política en el conservador Partido Whig, que defendía el fomento del comercio y la industria, así como la imposición de trabas aduaneras para favorecer la producción nacional (el arancel proteccionista). Estos principios, que Lincoln mantuvo durante toda su trayectoria, eran contrarios a las necesidades de los estados del Sur de la antigua colonia, lo que acabaría desembocando en los posteriores enfrentamientos entre los estados del Norte y del Sur.
Con posterioridad, se unió al Partido Republicano desde el momento de su fundación (1854). Después de una primera nominación fallida, Lincoln fue investido como Presidente el 4 de marzo de 1851. Ese mismo año, los estados del Sur se unieron en los llamados Estados Confederados de América. Cuando éstos atacaron el Fuerte Sumter (Carolina del Sur), la contienda bélica fue ya irreversible. La Guerra de Secesión, o Guerra Civil Estadounidense, fue una de las guerras más virulentas en la historia de la nación.
Por otra parte, y aunque Lincoln siempre se mostró contrario a la esclavitud, en los inicios de su trayectoria política no respaldaba la abolición absoluta de la misma. No obstante, un año después de estallar la guerra, proclamó la abolición de la esclavitud en los estados confederados enemigos, y en su campaña electoral para la reelección como Presidente de 1864 hizo de la abolición total su principal consigna. La Guerra de Secesión finalizó en 1865 con la derrota de la Confederación, y ese mismo año el Congreso estadounidense ratificó la Decimotercera Enmienda, que consagraba la libertad para todos los estadounidenses.Su presidencia es recordada primordialmente por la firme postura abolicionista que mantuvo con respecto a la esclavitud en los Estados Unidos, y por las consecuencias que ésta y otras políticas acarrearon: el estallido de la Guerra de Secesión.
Lincoln comenzó su carrera política en el conservador Partido Whig, que defendía el fomento del comercio y la industria, así como la imposición de trabas aduaneras para favorecer la producción nacional (el arancel proteccionista). Estos principios, que Lincoln mantuvo durante toda su trayectoria, eran contrarios a las necesidades de los estados del Sur de la antigua colonia, lo que acabaría desembocando en los posteriores enfrentamientos entre los estados del Norte y del Sur.
Con posterioridad, se unió al Partido Republicano desde el momento de su fundación (1854). Después de una primera nominación fallida, Lincoln fue investido como Presidente el 4 de marzo de 1851. Ese mismo año, los estados del Sur se unieron en los llamados Estados Confederados de América. Cuando éstos atacaron el Fuerte Sumter (Carolina del Sur), la contienda bélica fue ya irreversible. La Guerra de Secesión, o Guerra Civil Estadounidense, fue una de las guerras más virulentas en la historia de la nación.
Por otra parte, y aunque Lincoln siempre se mostró contrario a la esclavitud, en los inicios de su trayectoria política no respaldaba la abolición absoluta de la misma. No obstante, un año después de estallar la guerra, proclamó la abolición de la esclavitud en los estados confederados enemigos, y en su campaña electoral para la reelección como Presidente de 1864 hizo de la abolición total su principal consigna. La Guerra de Secesión finalizó en 1865 con la derrota de la Confederación, y ese mismo año el Congreso estadounidense ratificó la Decimotercera Enmienda, que consagraba la libertad para todos los estadounidenses.
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