Director de orquesta y compositor austríaco. La creación musical de Gustav Mahler marcó la evolución hacia las nuevas formas armónicas del siglo XX y adaptó la monumentalidad del Postromanticismo a la inspiración melódica popular. Sus composiciones se encuentran entre las obras del Postromanticismo más importantes.
En una ocasión, Mahler manifestó que su música no sería apreciada hasta cincuenta años después de su muerte. No le faltaba razón: valorado en su tiempo más como director de orquesta que como compositor, hoy es considerado uno de los más grandes y originales sinfonistas que ha dado la historia del género; más aún, uno de los músicos que anuncian y presagian en su obra de manera más lúcida y consecuente todas las contradicciones que definirán el desarrollo del arte musical a lo largo del siglo XX.
En su obra sinfónica, constituida por nueve sinfonías y una décima inacabada (1888–1910), siguió el ejemplo de Ludwig van Beethoven y Hector Berlioz, en realizar composiciones de más de cuatro movimientos, y el de Richard Wagner, en ampliar el tiempo y los recursos orquestales y dar rienda suelta a la expresión emocional. Su matrimonio con Alma Maria Schindler influiría poderosamente en su personalidad y lo relacionaría con personalidades artísticas como Gustav Klimt, Vasili Kandinsky o Arnold Schönberg. En la transición de los siglos XIX y XX compuso diversas colecciones de canciones, lieder, que constituyen una de las partes más significativas de su creación. Cabe mencionar los ciclos Lieder eines fahrenden Gesellen (1883-1885; Canciones a un camarada errante) y Kindertotenlieder (1901-1904; Canciones de los niños muertos).
Sus amplios recursos técnicos junto con el singular estilo, tenso y retórico, la rica orquestación y el uso irónico de la música popular, arrojaron como resultado obras de contrastes sin precedentes, unificadas, sin embargo, por la personalidad creativa de su autor. Las sinfonías 1, 2, 3 y 4 incluyen canciones y piezas corales mientras que las posteriores son puramente orquestales, con una nueva claridad de instrumentación y desprovistas de extensos fragmentos en conjunto, ya que cada una de ellas encarna un conflicto espiritual que alcanza una resolución concluyente. Al final de este período compuso su monumental Sinfonía número 8, De los mil (1907), aparecida como una vuelta tardía a las juveniles tendencias metafísicas, que debe su sobrenombre a las exigencias no satisfechas del autor de contar con mil ejecutantes y marca probablemente la cumbre de la obra del compositor. En 1907, año en el que por enemistades que se había creado en el seno de la Ópera de Viena hubo de dimitir de su puesto como director, creó también otra de sus obras mayores, Das Lied von der Erde (El canto de la tierra).
En 1908 se trasladó a los Estados Unidos de América para dirigir la Metropolitan Opera y entre 1909 y 1910 fue director de la Filarmónica de Nueva York. En los últimos años de su vida realizó diversas giras como director, en especial en los Estados Unidos; pero, aquejado por una afección cardíaca, hubo de retirarse a Austria. Fue en esa época cuando compuso el espléndido ciclo de canciones para orquesta Das Lied von der Erde (1908–1909) y su novena sinfonía. Sus ciclos de canciones para orquesta Des Knaben Wunderhorn (1892–1898) y Kindertotenlieder se presentan con frecuencia.
Gustav Mahler murió el 18 de mayo de 1911 en Viena, Austria. Aunque después de su muerte su música fue en gran parte ignorada durante cincuenta años, posteriormente ha sido considerado un importante pionero de las técnicas de composición del s. XX.