El otro día, mis compañeros de comunicación me pidieron que escribiera alguna cosa para una entrada del blog. Esta mañana he cogido un autobús para ir a Plaza España; en ese rato, iba pensando sobre que podía escribir; así que, durante el trayecto, mientras el vehículo avanzaba, veía coches y motos que nos adelantaban, gente parada en un semáforo esperando para cruzar e, incluso, me fijaba en la gente sentada con la que estaba compartiendo el trayecto. En ese momento, he recordado la teoría de Einstein, la de la relatividad, la que dice que la velocidad y el tiempo son relativos y que dependen de la posición del observador. Así, mientras iba mirando a la gente con quien me cruzaba, me iba imaginando como me rejuvenecía y envejecía respecto ellos. Me he sentido (o me he querido sentir) como un Einstein hará ahora noventa y cinco años, en un día como hoy.
Así es, el 2 de diciembre de 1915 el físico alemán, Albert Einstein publicó su teoría sobre la relatividad. Esta teoría pretendía resolver la incompatibilidad que se había establecido entre la mecánica newtoniana y el electromagnetismo; con esta, Einstein reformuló el concepto de gravedad abriendo una rama al estudio del Universo.
La teoría de la relatividad
La teoría de la relatividad es un modelo de la física que, a través de una concepción generalizada de los sistemas naturales, describe el movimiento de cuerpos sometidos a velocidades semejantes a la de la luz. Enunciada fundamentalmente por Albert Einstein en el primer cuarto del siglo XX, esta teoría supuso una renovación científica de gran magnitud al alterar algunas de las ideas básicas de la física clásica y ofrecer una explicación coherente y unificada de multitud de fenómenos de la naturaleza.
En virtud de su complejidad y de la fecha de aparición de la teoría… >> Seguir leyendo sobre la teoría de la relatividad de Einstein en Gran Enciclopedia Iberoamericana