Hace un siglo de la sublevación militar que se produjo el 13 de septiembre de 1923, se instauró una dictadura en España que perduró durante seis años. Este acontecimiento marcó el inicio de la era dictatorial en el país. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja asumió el papel de primer dictador de España y se destacó como el primer líder populista de derechas en la historia de la nación ibérica.

El levantamiento militar del 13 de septiembre de 1923 tuvo lugar en Barcelona, liderado por el capitán general de Cataluña, Primo de Rivera, y un grupo militar asociado a las Juntas de Defensa. En este evento, se declaró el estado de guerra en la región catalana. Este movimiento encontró apoyo en diversos sectores de la sociedad y recibió lo que podría considerarse el «consentimiento» del rey Alfonso XIII. En el momento de la sublevación, el monarca se encontraba en San Sebastián y se enteró de la revuelta a través de una llamada telefónica del Jefe de Gobierno.

Primo de Rivera redactó un manifiesto en el que expresaba su compromiso de llevar a cabo reformas urgentes que la sociedad demandaba con insistencia. La respuesta del rey fue inequívoca: retrasó su regreso a Madrid tanto como le fue posible. Finalmente, dos días después de la sublevación y tras la dimisión del Gobierno, el 15 de septiembre de 1923, Primo de Rivera fue comisionado para viajar a Madrid y liderar un Directorio Militar. Este nuevo régimen otorgaba a Primo de Rivera poderes y atribuciones exclusivas, equiparándolo al rango de un ministro. Como resultado, se suspendió la Constitución, se disolvieron los partidos políticos y se dio inicio a una dictadura que perduró solamente seis años, hasta el 28 de enero de 1929, año en que Primo de Rivera presentó su dimisión.

Además de ser el primer dictador de España, Primo de Rivera es también considerado el primer líder populista de derechas en la historia del país. A su llegada al poder, proclamó un mensaje político de marcada sencillez, basado en los principios de «Orden, patria y propiedad». Este mensaje directo y claro fue la base de su estrategia populista. Además, permitió que circularan en todo el país sellos y postales con eslóganes que, en retrospectiva, podrían parecer extravagantes, como «España a su salvador».

Primo de Rivera, en un gesto que lo asemeja a un populista clásico, llegó al poder con la promesa de abandonarlo una vez que hubiera completado su misión de «salvador de la patria». Expresó su intención de regresar a su cargo militar «tan pronto como vea a la patria en condiciones de marchar con firmeza por caminos de justicia y a los buenos ciudadanos protegidos contra la corrupción y las violencias de una política obsoleta que todo lo corrompía».

Dictadura de Primo de Rivera

Régimen político instaurado en España entre 1923 y 1930, bajo el mandato del general Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, tras el golpe de Estado llevado a cabo por éste el 13-IX-1923, cuando ocupaba la Capitanía General de Barcelona.

Introducción

Mucho se ha discutido acerca de si Alfonso XIII (1886-1931) conocía de antemano la conspiración, y sobre su grado de responsabilidad en su triunfo; lo que sí que parece cierto es que, al menos, contó con su consentimiento. Otro aspecto polémico es si el Gobierno de concentración liberal presidido por Manuel García Prieto (7-XII-1922— 14-IX-1923) hizo todo lo que pudo para imponerse a los golpistas.

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Miguel Primo de Rivera y Orbaneja

(Jerez de la Frontera, provincia de Cádiz, 8-I-1870 — París, Francia, 17-III-1930). Militar y político. II marqués de Estella. Padre de José Antonio, Miguel y Pilar Primo de Rivera.

Orígenes familiares

Era descendiente de una ilustre familia de terratenientes andaluces con tradición castrense, que simpatizaba con el liberalismo y mostró siempre una gran lealtad a la monarquía borbónica. Su abuelo, José Primo de Rivera y Ortiz de Pinedo (1777-1853), luchó en la I Guerra Carlista (1833–1840), fue ministro de Marina (12-VI-1839—21-X-1839) y de Hacienda (20-VIII-1839—3-IX-1839) en el gabinete presidido por Evaristo Pérez de Castro (6-XII-1838—21-VII-1840), y ocupó la Capitanía General de Cádiz entre 1848 y 1849.

Su padre, también llamado Miguel, alcanzó el grado de coronel del Estado Mayor. Tres de sus cinco tíos pertenecieron también a las Fuerzas Armadas; entre ellos sobresalió el general Fernando Primo de Rivera y Sobremonte (1831–1921), que recibió el Marquesado de Estella por su distinguida actuación en la III Guerra Carlista (1872–1876) y fue una de las figuras más importantes de la Restauración canovista.

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